Barcelona, 1872, un librero llamado Josep María Bocabella, adquiere un local en el Ensanche con la intención de construir un templo expiatorio… 149 años más tarde, y después de numerosos cambios en la Sagrada Familia, sus torres empiezan a destacar en el skyline de la Ciudad Condal.
Después de 15 décadas, numerosas generaciones han hecho posible que la Sagrada Familia siga creciendo y gracias a ello, cada vez que un barcelonés mira al cielo, contempla cómo sus torres crecen un poquito más cada día. Pero, para que se haya podido llegar a esto, ha sido necesaria una evolución de la Sagrada Familia constante. Esta es su historia y así es cómo hará cambiar el skyline de Barcelona.
Cómo un tranvía es el principal responsable de los cambios de la Sagrada Familia
Gaudí no fue el primer arquitecto pensado para la Sagrada Familia, pero debido a avatares del destino, al año siguiente del inicio de las obras, se le encomendó la dirección y la realización de un ajuste del diseño en función del proyecto original realizado por Francisco de Paula Villar.
El arquitecto tenía muy claro que se embarcaba en un proyecto complicado y que de ningún modo iba a verlo finalizado. Por ello, hizo todo lo posible para dejar toda la documentación necesaria para que futuras generaciones pudieran continuar con la obra de su vida.
Y una de las decisiones más importantes que tomó fue cómo debía de empezar a construirlo para que los futuros directores de las obras tuvieran una referencia clara. Y optó por empezar la construcción del templo por la fachada del Nacimiento, quizás la más alegre de todas, al objeto de provocar los donativos necesarios para la continuación de las obras.
En 1925, se finaliza la construcción de la torre de San Bernabé, la única que vio Gaudí finalizada en vida, ya que un año más tarde murió como consecuencia del atropello de un tranvía en las calles de Barcelona.
La evolución de la Sagrada Familia y cómo ha modificado el skyline de Barcelona
Desde 1925, las torres de la Sagrada Familia ocupan un lugar muy significativo en el skyline de la Ciudad Condal con sus 107 m de altura. Su construcción, que duró más de 40 años, fue realizada colocando piedra sobre piedra, para acabar con revestimiento de mampostería.
Esto era muy habitual como solución constructiva a principios del siglo XX y con el paso de los años, los cambios de la Sagrada Familia con respecto a su ejecución fueron evolucionando y dieron paso al cemento y al hormigón. En el año 1977 se finalizaron las torres de la fachada de la Pasión, estando construidas con hormigón armado a base de cemento Portland.
Tras varios años en los que la evolución de la Sagrada Familia se centraba en la construcción de las naves laterales y todos los elementos de la nave principal, en 2014 se empiezan a levantar las torres de los Evangelistas y las dos centrales, una dedicada a la Virgen María y la otra a Jesús.
En tan solo 6 años, gracias a las técnicas constructivas modernas, las dos torres centrales superan en altura a las de la fachada de la Natividad y la Pasión, siendo ya, una de las construcciones más altas de Barcelona.
Estado actual de la Sagrada Familia
Pese a que se están haciendo todos los esfuerzos para finalizar el templo en el 2026, año en que se conmemora el centenario de la muerte de Gaudí, al día de hoy no se confía mucho en que pueda llevarse a cabo, según opinión del director actual de las obras, el arquitecto Jordi Faulí.
La razón principal es el retraso ocasionado por la financiación del templo. Al ser de carácter expiatorio, el dinero solo puede venir por parte de las donaciones y de la recaudación de las entradas a la basílica. Debido al Covid-19, ha habido una importante disminución en la venta de entradas, estimadas en un 94% de los turistas extranjeros, condicionando mucho la velocidad de las obras actuales.
En la actualidad, se están acometiendo las obras de la sacristía del Nacimiento y de la capilla de la Asunción. Al mismo tiempo, se están iniciando las obras de la última fachada que queda por construir, la de la Gloria.
Mientras tanto, las 6 torres centrales se siguen levantando día a día, estimando su finalización en el 2022. Y cuando esto suceda, la torre de Jesús, con sus 172,5 m de altura, tendrá el honor de ser el elemento constructivo más alto de Barcelona y con él, la Sagrada Familia será, al mismo tiempo, la iglesia más alta del mundo.
Y no podemos finalizar todo este recorrido sin destacar que, gracias a los cambios de la Sagrada Familia que sucederán en los próximos 2 años, provocarán un importante cambio en el skyline barcelonés. Tanto la torre de Jesús, como la de la Virgen María, ostentarán el primer y segundo puesto respectivamente en el ranking de altura de la Ciudad Condal. Le seguirán los edificios de la Torre Mapfre y la Torre Arts, con 154 m de altura. En 5º puesto, estará la famosa Torre Agbar, con 144 m y a continuación, las 4 torres de los Evangelistas, que harán bajar de ranking al Hábitat Sky, con 120 m de altura.