64 años han tenido que pasar para que el mundo pueda contemplar en todo su esplendor la fachada de la Pasión totalmente acabada. Ubicada en la calle Sardenya, y orientada al poniente, la fachada más austera de la Sagrada Familia está dedicada a la pasión y muerte de Jesucristo.
Sus cimientos empezaron a colocarse en el año 1954, bajo la dirección del arquitecto Francesc Quintana, quien tuvo que retocar ciertos aspectos del diseño original de Gaudí, ya que gran parte de sus diseños y bocetos se perdieron durante la Guerra Civil.
Quien contemple la fachada de la Pasión, puede notar claramente 3 partes diferenciadas: Las torres o campanarios, el pórtico y las más de 100 esculturas diseñadas en su mayoría por Josep María Subirachs.
Las torres de la fachada de la Pasión
Como todas las torres de la Sagrada Familia, están destinadas a los apóstoles. Las de la fachada de la Pasión corresponden a Santiago el Menor, Santo Tomás, San Felipe y San Bartolomé, quienes están representados mediante estatuas con sus nombres inscritos en relieve. Son totalmente visitables y tienen una altura de 112 m las centrales y de 107 m las laterales.
Su diseño respeta el original de Gaudí, teniendo una sección romboidal, volviéndose en elíptica a medida que van alcanzando su desarrollo final. Para culminar su magnífico diseño, están unidas mediante un puente ubicado a 60 m de altura. Los pináculos que las terminan tienen la misma simbología que el resto de las torres del templo, mostrando de esta forma la regularidad del conjunto.
El pórtico
Compuesto por 6 columnas inclinadas desde el exterior al interior que soportan una cornisa en la que transcurre una galería cubierta. Aquí es donde puede apreciarse uno de los efectos visuales más bellos del diseño de Gaudí: la inclinación de la galería hace que las superficies de su base con las de su cubierta no sean paralelas, provocando una estética visual totalmente original.
En el pórtico se sitúan 3 puertas de entrada al crucero, constituyendo 3 zonas porticadas dedicadas a las virtudes teologales. En su conjunto destaca la puerta central por estar dividida a partir de un mainel central, en el cual se encuentra esculpido un alfa y omega unidos entre sí.
A lo largo de todo el conjunto puede observarse una escenificación escultórica que detalla la Pasión de Cristo y su muerte. En este punto, es importante detallar que si el observador se para a ver toda la fachada en su conjunto, podrá apreciar la sincronía de todo el contenido escultórico de la fachada de la Pasión.
Empezando por la izquierda del pórtico y continuando en forma de S a lo largo de la fachada, podrá verse todo el recorrido de la Pasión de Cristo reflejado en sus numerosas esculturas. Posiblemente, contemplar la majestuosidad de la mezcla entre arquitectura y escultura de esta fachada, sea algo que el visitante de este templo no podrá verlo en ningún otro edificio del mundo.
Esculturas de la Pasión de Cristo
Todo el desarrollo de la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia está basado en la escenificación del Calvario de Jesús. En total, pueden contemplarse 13 escenas diferentes, con más de un centenar de esculturas, repartidas todas ellas en 3 niveles diferentes, formando un recorrido cronológico en forma de S a partir de la izquierda del pórtico.
En su base, desarrolla la última noche de Jesús. El recorrido se inicia con la última cena y, a través de su desarrollo, se muestran las distintas fases desde la traición de Judas hasta el juicio presidido por Poncio Pilatos. Por si no fuera suficientemente explicativa, pueden observarse las numerosas inscripciones que van detallando el inicio del Calvario.
El nivel medio es necesario empezarlo por la derecha y relata los acontecimientos acaecidos después del juicio. En su inicio aparece Cristo portando la cruz, totalmente desfallecido, mientras las tres Marías contemplan desoladas la escena. Todo el desarrollo comprende el recorrido, hasta que finalmente se ve a un Longinos clavando la lanza a Jesús. Si te paras a mirar esta escena, podrás observar como Subirachs realiza un homenaje a Gaudí, retratándole en la figura de un evangelista situado a la izquierda de la Verónica.
El nivel superior se inicia en su izquierda y representa la muerte y resurrección de Jesús. El colofón principal es la estatua central que representa la crucifixión, donde es necesario contemplar la simbología de la cruz, ya que es horizontal en vez de vertical. El recorrido acaba con la escena del Entierro.
La escenificación escultórica continua en el frontón piramidal, donde está representada la Resurrección de Cristo y una paloma encarnando al Espíritu Santo. Y para finalizar toda esta belleza, no podría realizarse de la mejor forma; sobre el puente que une los campanarios, y a 60 m de altura, una escultura en bronce representa la Ascensión de Jesús elevándose sobre el cielo de Barcelona.
La fachada de la Pasión en su conjunto no puede dejarte indiferente y es digna de contemplación por todo su contraste y belleza. 64 años han sido necesarios para fusionar la arquitectura de un genio como Gaudí con la maestría escultórica de Subirachs, plasmando todo el dramatismo realista del Calvario de nuestro Señor.